El cacao es una planta sagrada, medicina para el alma. Pasan muchas cosas en torno al cacao en México y en el mundo.

 A nosotros el cacao y chocolate nos ha acompañado desde muchos años, antes de que se conociera en otras partes del mundo ya aquí se conocía su poder. El cacao ha vivido no solo en la tierra sino también en el lenguaje, en los símbolos e historias de varias civilizaciones, su fuerza esta entre nosotros y no nos olvida, nos sigue en silencio, nos cuida desde un lugar místico.

El cacao camina, viaja y para esta planta no existen fronteras, se ha expandido por toda la tierra en forma de chocolate. El chocolate es herencia de los Olmecas, Mayas, Aztecas, y la mezcla de lo que se conoce en casi todo el mundo se dio gracias al choque cultural con Europa. 

El cacao no tiene una forma mejor o peor de elaborarse, ha encontrado la expresión a través de cada cultura. Para el cacao nadie es superior o inferior. El cacao crece en el corazón, crece en la tierra y si escuchamos atentos nos une, si lo maltratamos y explotamos genera mucho dolor. 

El chocolate mexicano como muchos otros productos es de un valor inherente a la historia, a las tradiciones, a los pocos indígenas que lo siembran y también a los empresarios  y emprendedores que buscamos generar valor en nuestro país. 

Nosotros en México somos las raíces del cacao y el chocolate. En nosotros esta cuidarlo y valorarlo. Resaltamos el valor de nuestra cultura de cacao y chocolate dandole un lugar de respeto y admiración. 

En México existe una generación de gente preparada con ideales y valores arraigados en nuestra cultura; artistas, ingenieros, arqueólogos, sociólogos, arquitectos, chefs, maestros que plazman todos los dias de forma innovadora y creativa propuestas nuevas. También existen chamanes, guias espirituales, curanderas, danzas, rezos, temzcales, magia, fiestas y a todo esto también ha acompañado el cacao y chocolate. 

Quién ama a México ama al chocolate mexicano y sabe que no solo se esconde en sus sabores y aromas sino en el amor por la vida, cuidado por la naturaleza y respeto por la gente que lo trabaja.